Consejos básicos para cuidar tus sartenes.
Lo primero que debes tener en cuenta es que aunque seas una persona muy sana y evites a toda costa usar aceite en tus platos, no cocines nunca sin unas gotitas de aceite. El aceite incrementa las propiedades del antiadherente.
No escojas el disco o el fogón que más te apetezca o el que esté vacío en aquel momento. Es importante que escojas un fuego adecuado con el diámetro de la sartén. Sobre todo, si es en una placa de inducción o vitrocerámica. El fuego nunca puede sobrepasar la base de la sartén.
¡Muy importante, nunca dejes que el aceite humee! Además de sobrecalentar la sartén, el aceite quemado no es nada saludable. Estate siempre atento cuando pongas una sartén en el fuego y no le quites el ojo de encima.
No añadas más cantidad de alimentos de la que puede tolerar la sartén. Cuantos más pongas, más tardarán en cocinarse. Todos los ingredientes deberían tocar la superficie de cocción de la sartén. Ten en casa varias sartenes de distintas medidas para cocinar con la que más se adapte en cada ocasión.
Las sartenes no son recipientes de almacenaje.
No te vuelvas loco removiendo mientras cocinas. Uno de los motivos por el que los alimentos no se doran ni adquieren esos sabores, aromas y colores que buscas es porque no los dejas suficiente tiempo en contacto con la superficie de cocción. Así que ten paciencia y recuerda: nunca uses utensilios metálicos y/o punzantes para remover. Así solo conseguirás rayar la sartén o incluso arrancar el antiadherente. Siempre usa objetos de madera o silicona.
Ser un despistado no es excusa para dejar de prestarle atención a tu sartén. Cuando cocinas debes estar pendiente de la comida y no atender otros asuntos. Pero si en algún alimento se engancha un poco, vierte unas gotitas de agua sobre la sartén, y al instante se desenganchará. Ah, por cierto, ¡nunca lleves la sartén caliente bajo el grifo con agua fría! Las sartenes se estropean más rápido con los contrastes de temperatura.
Nunca vayas con prisas cuando limpies tus sartenes.
Nunca vayas con prisas cuando limpies tus sartenes. Trátalas como una obra de arte si es necesario. Es muy importante limpiar bien la sartén con agua caliente y jabón, aclarar y secar con un paño. Tampoco uses objetos abrasivos para limpiar, siempre con esponjas suaves.
Cuando guardes las sartenes, nunca lo hagas con prisa aplicándolas una sobre otra directamente. Mejor colocar un protector entre cada una. Así evitarás posibles rayadas y golpes.
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